- ScanDisk ya no existe en Windows 10 y su función la asume CHKDSK, compatible con NTFS y FAT.
- CHKDSK permite analizar y reparar errores lógicos y sectores defectuosos del disco.
- SFC y DISM complementan a CHKDSK reparando archivos de sistema e imagen de Windows.
- Si los fallos persisten pese a estas herramientas, puede ser necesario cambiar de disco o reinstalar Windows.
Si llevas un tiempo usando tu PC con Windows 10 y empiezas a notar bloqueos extraños, lentitud o mensajes de errores en el disco, es muy posible que el problema esté en la unidad de almacenamiento y no tanto en el propio sistema operativo. Por suerte, Windows cuenta con varias utilidades capaces de analizar y reparar muchos de estos fallos sin tener que reinstalar nada.
En las versiones modernas de Windows ya no existe el viejo ScanDisk de MS-DOS y Windows 9x, pero su función sigue viva bajo otro nombre: CHKDSK (Check Disk), la herramienta nativa para comprobar y reparar discos. A lo largo de este artículo verás qué fue ScanDisk, cómo se sustituyó por CHKDSK, cómo usarlo paso a paso en Windows 10 (y versiones anteriores y posteriores), qué significan sus comandos, en qué casos conviene usarlo y cuándo es mejor recurrir a otras utilidades como SFC, DISM o incluso formatear o reinstalar el sistema.
Qué era ScanDisk y por qué ya no existe en Windows 10
Durante los años de MS-DOS y los primeros Windows (95, 98, 3.x) la herramienta estándar para revisar el disco era ScanDisk, una utilidad en modo texto basada en DOS que detectaba y corregía errores lógicos en el sistema de archivos.
ScanDisk estaba pensada para trabajar con discos formateados en FAT12, FAT16 y FAT32, reconocía nombres de archivo largos, detectaba cadenas de clusters perdidos y archivos cruzados y, además, podía reparar automáticamente muchos de estos problemas. En sistemas como Windows 95 OSR2 y Windows 98 se ejecutaba incluso de forma automática si el equipo se apagaba mal.
Con la llegada de Windows NT y posteriores (XP, Vista, 7, 8, 8.1, 10 y 11), el sistema de archivos recomendando pasó a ser sistemas de archivos NTFS, mucho más robusto y avanzado. Para estos sistemas, ScanDisk quedó obsoleto y fue sustituido completamente por CHKDSK, que entiende tanto NTFS como FAT/FAT32 y ofrece muchas más opciones de reparación y análisis.
En resumen, en Windows 10 ya no vas a encontrar ningún comando scandisk como tal; lo que realmente usarás para hacer el “scandisk moderno” es CHKDSK, bien desde el Explorador de archivos, bien desde la consola (CMD o PowerShell) o incluso desde medios de instalación o modo recuperación.
Qué es CHKDSK y para qué sirve realmente
CHKDSK (Check Disk) es una utilidad del sistema integrada en todas las versiones de Windows actuales y muchas antiguas. Su función principal es analizar el disco (duro clásico, SSD o unidad externa) en busca de:
- Errores en el sistema de archivos (estructuras lógicas, tablas, índices, directorios).
- Sectores defectuosos en la superficie de la unidad.
- Inconsistencias entre lo que Windows cree que hay y lo que realmente hay grabado en el disco.
Cuando lo ejecutas con los parámetros adecuados, CHKDSK puede corregir errores lógicos, marcar sectores dañados como inutilizables y reubicar datos de zonas problemáticas hacia sectores sanos. Esto ayuda a evitar pantallazos azules, cuelgues y pérdidas de datos, y a mantener un rendimiento razonable con el paso del tiempo.
CHKDSK no es una herramienta mágica de recuperación de archivos, pero sí es clave para mantener el sistema de archivos coherente y detectar si un disco empieza a fallar. Muchas veces, un análisis con CHKDSK es uno de los primeros pasos recomendados cuando el PC se vuelve inestable.
Cómo ejecutar el “ScanDisk” moderno en Windows 10 desde el Explorador
La forma más sencilla de usar CHKDSK sin escribir comandos es a través de la interfaz gráfica de Windows 10, usando la herramienta de “Comprobación de errores” del Explorador de archivos, que por debajo llama a CHKDSK.
Para hacer la comprobación desde Windows 10 usando la interfaz gráfica, sigue estos pasos:
- Abre el Explorador de archivos con la combinación Windows + E o desde la barra de tareas.
- En la columna izquierda, entra en “Este equipo” y localiza la unidad que quieras analizar (por ejemplo, C: si es el disco del sistema).
- Haz clic derecho sobre la unidad y pulsa en “Propiedades”.
- En la ventana que se abre, ve a la pestaña “Herramientas”.
- En el apartado “Comprobación de errores”, haz clic en el botón “Comprobar”.
Windows te mostrará si ha visto problemas recientemente en sus verificaciones automáticas. Aunque te diga que “no es necesario analizar esta unidad”, puedes forzar el chequeo manual pulsando en “Examinar unidad” o “Analizar unidad” (según la versión).
Durante este análisis, Windows revisa la unidad en busca de errores lógicos y sectores dañados. El proceso puede tardar desde unos segundos a varios minutos, dependiendo del tamaño del disco y del tipo de unidad (un SSD suele acabar antes que un HDD mecánico de gran capacidad).
Al terminar, verás un mensaje con el resultado: lo más habitual es que indique que no se han encontrado errores. Si detecta problemas, es posible que te pida reiniciar el equipo para reparar la unidad en el siguiente arranque, ya que ciertos errores sólo se pueden corregir cuando el volumen no está en uso.
Cómo usar CHKDSK desde CMD o PowerShell en Windows 10
Si quieres más control sobre qué hace exactamente la herramienta, lo ideal es ejecutar CHKDSK desde la consola, ya sea el Símbolo del sistema (cmd) o Windows PowerShell. Los comandos son los mismos en ambos casos, siempre que se ejecuten con privilegios de administrador.
Para lanzar CHKDSK desde CMD en Windows 10, haz lo siguiente:
- Abre el menú Inicio y escribe cmd o “Símbolo del sistema”.
- Haz clic derecho sobre el resultado y pulsa “Ejecutar como administrador”.
- En la ventana negra de comandos, escribe simplemente chkdsk y pulsa Intro.
Con ese comando básico, CHKDSK analizará la unidad activa en modo diagnóstico y mostrará si hay errores, pero no los corregirá. El informe de salida te indicará el estado del sistema de archivos y si se recomiendan reparaciones.
Para reparar de verdad, necesitas añadir parámetros. Por ejemplo, para analizar y reparar errores lógicos del disco C: ejecuta:
chkdsk C: /f
Aquí, la unidad C: se especifica tras el comando, y el modificador /f le dice a CHKDSK que corrija automáticamente los errores encontrados. Si la unidad está en uso (lo normal en el disco del sistema), Windows te dirá que no puede bloquearla y te preguntará si quieres programar la comprobación para el próximo reinicio. Pulsa “S” (de “Sí”) y después Intro.
En el siguiente arranque, antes de cargar Windows por completo, verás un mensaje con una cuenta atrás y la comprobación de disco en marcha. Es importante no apagar el equipo ni interrumpir el proceso, porque podrías agravar los daños.
Si en lugar de CMD prefieres usar PowerShell, el proceso es similar: busca PowerShell en el menú Inicio, ejecútalo como administrador y lanza el mismo comando chkdsk /f C:. Internamente se comporta igual.
Principales parámetros y comandos de CHKDSK
CHKDSK admite una gran cantidad de parámetros para adaptar el análisis a cada situación. Algunos son comunes a todos los sistemas de archivos y otros son exclusivos de NTFS o de FAT/FAT32/exFAT. Entenderlos te permite elegir la combinación correcta según la gravedad del problema.
Los parámetros más usados en el día a día son los siguientes:
- chkdsk: ejecuta un chequeo de diagnóstico en la unidad actual, sin reparar nada.
- chkdsk : analiza el volumen indicado (por ejemplo, chkdsk D: para la unidad D).
- /f: repara los errores lógicos del sistema de archivos. Reescribe el directorio para que coincida con lo que hay realmente en el disco.
- /r: busca sectores dañados, intenta recuperar los datos legibles y marca esos sectores como defectuosos. Incluye automáticamente la funcionalidad de /f.
- /x: desmonta la unidad antes de analizarla y repararla, forzando el cierre de los manejadores abiertos. También incorpora /f.
- /v: muestra el nombre y la ruta de cada archivo a medida que se va comprobando.
- /scan: en volúmenes NTFS permite un análisis “en línea”, es decir, sin desmontar el volumen y pudiendo seguir usando la unidad mientras se escanea.
- /i y /c (sólo NTFS): realizan comprobaciones menos exhaustivas de ciertos elementos para reducir el tiempo del análisis, saltándose algunas validaciones profundas.
- /b (sólo NTFS): borra la lista de clusters marcados como malos y vuelve a analizarlos; útil cuando se ha clonado un disco o se ha cambiado de unidad y se quieren revaluar los sectores supuestamente dañados.
Una combinación muy habitual en reparaciones serias es:
chkdsk C: /f /r /x
Este comando desmonta la unidad, corrige errores lógicos y busca sectores defectuosos, reubicando datos siempre que sea posible. Como es un análisis profundo, puede tardar bastante, especialmente en discos mecánicos grandes con muchos archivos.
Ten en cuenta un detalle importante: chkdsk /r ya ejecuta por defecto /f. Es decir, chkdsk /f /r y chkdsk /r acaban haciendo lo mismo, aunque el primer formato es muy popular y muchas guías lo siguen usando.
Cuándo conviene usar CHKDSK en Windows 10 (y cuándo no)
Ejecutar CHKDSK de vez en cuando es una buena práctica de mantenimiento, pero hay situaciones concretas en las que casi es obligatorio planteárselo. Algunos escenarios típicos donde tiene mucho sentido son estos:
- Arranques muy lentos, bloqueos o pantallazos azules sin causa clara.
- Mensajes de error sobre archivos corruptos, carpetas ilegibles o unidades inaccesibles.
- Apagados bruscos, cortes de luz o reinicios forzados durante operaciones de escritura (instalaciones, actualizaciones, copias grandes).
- Ruidos extraños en el disco duro mecánico y fallos recurrentes al leer ciertos archivos.
- Discos externos o USB que piden formateo nada más conectarlos o que se montan pero fallan al acceder a su contenido.
En todos esos casos, un análisis con chkdsk /f (y, si sospechas de problemas físicos en el disco, chkdsk /r) es un paso lógico antes de medidas más drásticas.
Sin embargo, conviene tener claro que CHKDSK no arregla cualquier cosa. No es una herramienta de recuperación avanzada de datos ni un antivirus milagroso. Si la unidad tiene un daño físico grave, si el firmware del disco está fallando o si hay un malware agresivo modificando archivos, el comando puede quedarse corto o incluso empeorar la situación en casos extremos.
Por eso, si el sistema se comporta de forma muy errática, las comprobaciones fallan constantemente o la cantidad de errores aumenta cada vez que ejecutas CHKDSK, es buena idea respaldar los datos importantes lo antes posible y valorar el cambio de disco o una reparación más profunda.
Cómo ejecutar CHKDSK cuando Windows 10 no arranca o el volumen está en uso
A veces la cosa se complica: puedes encontrarte con que Windows 10 ni siquiera llega a cargar, o con que CHKDSK se niega a ejecutarse porque “el volumen está en uso” o está “protegido contra escritura”. En estos casos hay varios métodos para seguir adelante.
Una opción muy útil es lanzar CHKDSK desde un medio de instalación o desde el entorno de recuperación. El procedimiento general sería:
- Arranca el PC desde un USB o DVD de instalación de Windows compatible con tu sistema (misma versión y arquitectura).
- En la pantalla inicial, en lugar de instalar, elige “Reparar el equipo”.
- Ve a Solucionar problemas > Opciones avanzadas > Símbolo del sistema.
- En la consola, identifica qué letra de unidad corresponde a tu instalación de Windows (no siempre será C:. Puedes ir escribiendo letras, por ejemplo C:, luego dir, hasta ver una estructura con carpetas como Windows, Program Files, Usuarios, etc.).
- Una vez localizada la unidad correcta, ejecuta el comando CHKDSK correspondiente, por ejemplo: chkdsk C: /f /r.
Este método tiene la ventaja de que la unidad del sistema no está montada en uso por Windows, lo que permite a CHKDSK trabajar con más libertad y solucionar problemas que, de otro modo, quedarían bloqueados.
Otra alternativa cuando el volumen está en uso es reiniciar en Modo seguro. Desde Configuración > Actualización y seguridad > Recuperación > Inicio avanzado > Reiniciar ahora puedes acceder a las opciones de arranque avanzado, elegir Solucionar problemas > Opciones avanzadas > Configuración de inicio y reiniciar en Modo seguro. Una vez dentro, abre CMD como administrador y lanza CHKDSK de nuevo; al cargarse menos servicios y procesos, es menos probable que algún programa bloquee la unidad.
Mensajes de error frecuentes de CHKDSK y cómo afrontarlos
Durante el uso de CHKDSK pueden aparecer mensajes que, de primeras, asustan un poco. Entender qué significan ayuda a saber qué hacer en cada caso y evitar decisiones precipitadas.
Uno de los más habituales es algo tipo “Windows encontró errores en esta unidad que deben repararse”. Esto suele aparecer cuando ejecutas un análisis sin /f desde CMD o desde la interfaz gráfica. El mensaje no significa que CHKDSK haya fallado, sino más bien lo contrario: ha detectado problemas pero no ha intentado arreglarlos. Para solucionarlos, reejecuta la herramienta añadiendo /f (y /r si crees que puede haber sectores defectuosos).
Otro clásico es “Windows no puede ejecutar CHKDSK porque el volumen está en uso por otro proceso”. En ese caso, lo lógico es cerrar todos los programas que puedan estar usando esa unidad y volver a intentarlo. Si se trata de la unidad del sistema, deja que Windows programe la comprobación para el próximo reinicio respondiendo afirmativamente cuando te pregunte.
También puede ocurrir que CHKDSK parezca “congelarse” en un porcentaje concreto (por ejemplo, en el 11 % o 12 % durante mucho tiempo). En discos grandes y muy fragmentados, o con muchos errores, es normal que ciertas fases tarden bastante. No obstante, si tras horas sigue exactamente igual, puedes optar por cancelar (si el sistema te deja) y antes de volver a lanzar CHKDSK:
- Hacer copia de seguridad de todo lo importante a otra unidad.
- Probar con Desfragmentar y optimizar unidades en discos HDD (en SSD no es recomendable).
- Usar Liberador de espacio en disco para eliminar basura.
- Ejecutar sfc /scannow y dism.exe /online /cleanup-image /restorehealth para reparar archivos de sistema.
Si, pese a todo, CHKDSK sigue bloqueándose o cada vez aparecen más errores, seguramente la unidad esté ya en las últimas y lo sensato será migrar tus datos a un nuevo disco o SSD lo antes posible.
CHKDSK, SFC y DISM: qué hace cada uno y cómo combinarlos
Además de CHKDSK, Windows ofrece otras dos herramientas de consola muy potentes para solucionar problemas de estabilidad: SFC (System File Checker) y DISM (Deployment Image Servicing and Management). Aunque se suelen mencionar juntas, cada una actúa en un nivel distinto.
El comando SFC se centra exclusivamente en comprobar la integridad de los archivos protegidos del sistema operativo. Su modo más usado es:
sfc /scannow
Este comando examina todos los archivos críticos de Windows y, si detecta alguno dañado o modificado, lo reemplaza por una copia buena almacenada en una caché protegida. Es especialmente útil cuando fallan funciones del sistema, aplicaciones nativas o aparecen mensajes del tipo “archivo de sistema no encontrado”.
DISM, por su parte, trabaja a otro nivel: revisa y repara la imagen de Windows que se utiliza como referencia para actualizaciones, restauraciones y operaciones internas. Sus combinaciones típicas son:
DISM /Online /Cleanup-Image /CheckHealth
DISM /Online /Cleanup-Image /ScanHealth
DISM /Online /Cleanup-Image /RestoreHealth
Primero se comprueba rápidamente si hay daños en la imagen, luego se hace un análisis más profundo y, por último, se intenta reparar conectando con Windows Update o utilizando una fuente de instalación local. Si SFC no consigue arreglar algunos archivos, el siguiente paso lógico suele ser DISM.
Por último, CHKDSK se centra en el nivel más bajo: el disco y el sistema de archivos. No mira el contenido de los archivos en sí, sino cómo están organizados en el disco, si hay sectores defectuosos, clusters perdidos, entradas corruptas en la tabla de archivos, etc.
Una estrategia muy habitual cuando Windows empieza a dar guerra es usar estos comandos en cadena, más o menos en este orden:
- Ejecutar CHKDSK (con /f y/o /r) para corregir problemas físicos y lógicos de la unidad.
- Después, lanzar DISM /Online /Cleanup-Image /RestoreHealth para reparar la imagen de Windows.
- Finalmente, ejecutar sfc /scannow para restaurar archivos del sistema dañados.
Combinando las tres herramientas, cubres desde fallos físicos de disco hasta archivos de sistema corruptos o imágenes defectuosas, lo que en muchos casos evita tener que formatear o reinstalar Windows desde cero.
Cuándo tiene sentido reinstalar Windows en vez de insistir con CHKDSK, SFC y DISM
Aunque estas utilidades son muy potentes y resuelven una gran cantidad de problemas, hay situaciones en las que empeñarse en repetir los comandos no tiene mucho sentido y lo más limpio es hacer una reinstalación completa de Windows.
- Errores persistentes que vuelven una y otra vez, incluso tras ejecutar CHKDSK, SFC y DISM sin que se reporten ya daños.
- Infecciones de malware profundas que han comprometido archivos del sistema, servicios, navegadores y configuraciones críticas.
- Problemas graves de rendimiento (microcortes constantes, cuelgues al mínimo esfuerzo, tiempos de respuesta eternos) que no mejoran aunque el disco esté sano y los archivos de sistema parezcan correctos.
- Actualizaciones importantes de Windows que han salido mal y han dejado el sistema inestable, con múltiples errores y comportamientos erráticos.
- Cambios de hardware de peso (placa base nueva, migración total a un nuevo SSD, etc.) donde arrastras una instalación vieja llena de restos y drivers antiguos.
En estos supuestos, hacer una copia de seguridad de tus documentos y preferencias y realizar una instalación limpia de Windows suele ahorrar tiempo y dolores de cabeza a medio plazo, dejando el equipo con un entorno estable y actualizado.
Conocer bien cómo funciona el “ScanDisk moderno” de Windows 10 (es decir, CHKDSK y sus comandos), junto con herramientas como SFC y DISM, te da un arsenal muy potente para detectar errores de disco, prevenir pérdidas de datos, alargar la vida de tu PC y decidir a tiempo cuándo es mejor pasar a soluciones más radicales como cambiar de unidad o reinstalar el sistema, sin ir completamente a ciegas ante cada pantallazo azul o mensaje de disco dañado.
