- Los controles parentales ya están activos en la web de ChatGPT con despliegue progresivo y llegarán a apps.
- Vincula la cuenta del adulto con la del adolescente para activar límites, filtros y horarios.
- Se pueden reducir contenidos sensibles, desactivar memoria, voz e imágenes y excluir datos del entrenamiento.
- Hay alertas de seguridad con revisión humana sin compartir los chats; la privacidad del menor se preserva.
ChatGPT incorpora por fin herramientas para que las familias puedan supervisar el uso que hacen los adolescentes. La novedad llega en forma de controles parentales integrados que permiten vincular cuentas, limitar funciones y establecer reglas de uso sin tener que recurrir a soluciones externas.
OpenAI los estrena tras meses de debate público y peticiones de mayor protección para menores: de momento, están disponibles en la versión web con un despliegue por fases, y la compañía ha avanzado que se activarán en las apps móviles y de escritorio en breve.
Qué cambia con los nuevos controles parentales
La propuesta se centra en dar a los adultos opciones claras sin invadir la intimidad del adolescente. Al enlazar perfiles, la cuenta juvenil recibe protecciones de contenido reforzadas: se atenúan conversaciones sobre temas delicados (violencia, sexualidad, retos virales o cánones de belleza extremos) para adecuarlas a su etapa.
Además, los tutores pueden modular funciones avanzadas del asistente: desde bloquear la creación de imágenes o el modo de voz, hasta impedir que la IA recuerde conversaciones pasadas mediante la desactivación de la memoria. También es posible excluir los datos del menor del entrenamiento de modelos.
Junto a estos cambios, ChatGPT incorpora un sistema de avisos para situaciones de riesgo. Si se detectan señales graves (por ejemplo, autolesiones), un equipo cualificado revisa el caso y, si procede, lanza una alerta a los padres por correo, SMS o notificación push. Todo ello sin compartir el contenido literal de los chats.
Cómo activarlos paso a paso
El proceso es sencillo y se realiza desde los ajustes de ChatGPT del adulto. En pocos minutos puedes vincular la cuenta del menor y empezar a configurar límites y notificaciones.
- Accede con tu cuenta de adulto a ChatGPT y abre el menú de Configuración desde tu imagen de perfil.
- En la columna lateral, entra en el apartado Controles parentales.
- Elige Añade a un miembro de la familia e introduce el correo electrónico o teléfono del adolescente.
- Envía la invitación y espera a que el menor la acepte; también puede iniciar el vínculo desde su cuenta indicando que te invita como padre, madre o tutor.
- Una vez aceptada, verás la cuenta juvenil en tu panel de Controles parentales y podrás ajustar permisos.
- Si en el futuro se deshace el vínculo, el adulto recibirá un aviso de desvinculación para mantener el control de la situación.
Ten en cuenta que, por diseño, los tutores no acceden al historial de conversaciones del menor. La supervisión se articula con límites y alertas, preservando la privacidad adolescente.
Qué puedes configurar
El panel de administración reúne interruptores y opciones muy directas. Estas son las funciones clave que puedes adaptar a tu familia para un uso de la IA más adecuado a la edad:
- Reducir contenido sensible: aplica moderaciones adicionales para atenuar temas como violencia, sexualidad, retos virales o ideales de belleza extremos.
- Memoria desactivada: impide que ChatGPT utilice recuerdos de conversaciones previas con el adolescente.
- Excluir del entrenamiento: bloquea que los chats del menor se empleen para mejorar los modelos.
- Modo de voz: habilítalo o desactívalo según convenga en cada caso.
- Generación de imágenes: permite o prohíbe crear y editar imágenes con la IA.
- Horas de silencio: define franjas en las que el menor no podrá usar ChatGPT (por ejemplo, durante la noche o el estudio).
También puedes activar notificaciones para estar al tanto de lo importante sin leer las conversaciones:
- Avisos de seguridad para adolescentes: si se detectan indicios de riesgo serio, se contacta al adulto.
- Respuestas que requieren tiempo: notifica tareas que tardarán (investigaciones, generación de imágenes, etc.).
- Tareas y cambios relevantes: informa de modificaciones en ajustes o actividades configuradas.
Privacidad y seguridad: límites y alertas
OpenAI subraya un equilibrio claro: más control para los padres, pero sin exponer el contenido de los chats del adolescente. Por eso, las alertas describen la situación de riesgo de forma general y aportan pautas recomendadas, sin transcribir mensajes.
Cuando el sistema detecta señales graves, la revisión la realiza personal cualificado. Si se confirma la urgencia, se envía un aviso al tutor por los canales configurados (email, SMS o push). La compañía admite que estos avisos pueden tardar cierto tiempo, y trabaja para reducir ese margen.
En escenarios extremos y si no se localiza a los padres, OpenAI contempla contactar a autoridades locales. Aun así, recalca que ningún filtro es infalible y que el diálogo en casa y las normas claras siguen siendo esenciales para un uso responsable.
Disponibilidad, despliegue y próximos pasos
El lanzamiento se está realizando de forma escalonada: hoy se ve en la versión web de ChatGPT y en las próximas semanas se sumarán las apps móviles y de escritorio. Es posible que algunos usuarios aún no vean el apartado en su cuenta; en ese caso, toca esperar a que se complete el despliegue.
La compañía indica que el servicio está orientado a mayores de 13 años y que, para reforzar la protección, trabaja en un sistema de estimación de edad que adapte automáticamente respuestas y límites cuando detecte que el usuario es menor.
OpenAI asegura haber colaborado con expertos y entidades como Common Sense Media y ha publicado una sección de Recursos para familias con guías y recomendaciones. Con una base de usuarios de centenares de millones, la ambición es combinar utilidad y seguridad sin convertir estas medidas en un control intrusivo.
Con la llegada del control parental, los adultos ganan herramientas concretas para moldear el uso de ChatGPT en casa: filtros de contenido, horarios, bloqueos de funciones y avisos ante posibles riesgos, todo ello preservando la privacidad del menor y con mejoras en camino para que las medidas sean más finas y fáciles de gestionar.