Solo el 37,2% de usuarios de Windows en España ha dado el salto a Windows 11

Última actualización: diciembre 3, 2025
Autor: Isaac
  • El 53,3% de los usuarios de Windows en España sigue en Windows 10 y solo el 37,2% ha migrado a Windows 11.
  • Un 4,6% continúa utilizando Windows 7 y cerca de un 5% mantiene versiones aún más antiguas como Windows 8, 8.1, Vista o XP.
  • En las empresas españolas, alrededor del 53% de los dispositivos corporativos sigue en Windows 10, con presencia residual pero preocupante de Windows 7.
  • Kaspersky advierte de los riesgos de seguridad de los sistemas sin soporte y recomienda actualizar y mantener activas las actualizaciones automáticas.

Uso de Windows 11 en España

En España, solo un 37,2% de los usuarios de Windows ha dado el paso a Windows 11, según los últimos datos recopilados por Kaspersky. La mayoría de los equipos del país siguen aferrados a versiones anteriores del sistema operativo de Microsoft, pese a que el final del soporte de Windows 10 ya está muy cerca.

Este panorama deja a más de la mitad de los ordenadores españoles en una situación delicada desde el punto de vista de la ciberseguridad. Mientras una minoría ya funciona con Windows 11, millones de dispositivos continúan utilizando sistemas que, o bien están a punto de quedarse sin parches, o bien dejaron de recibir actualizaciones hace años.

Reparto de versiones: Windows 10 domina, Windows 11 aún no despega

Los metadatos anónimos analizados por Kaspersky Security Network muestran que el 53,3% de los usuarios de Windows en España sigue utilizando Windows 10. Es decir, más de la mitad de los particulares y empresas continúa con un sistema que encara la recta final de su vida útil oficial.

Frente a ellos, Windows 11 solo ha logrado asentarse en el 37,2% de los dispositivos. Pese a llevar tiempo en el mercado y a ser la versión más reciente del sistema operativo de Microsoft, muchos usuarios siguen percibiendo la migración como algo molesto o innecesario, especialmente si su equipo “sigue funcionando bien”.

El resto del parque informático se reparte entre versiones claramente desfasadas. Un 4,6% de los dispositivos en España continúa con Windows 7, un sistema sin soporte oficial desde 2020. Además, cerca de un 5% de los usuarios mantiene instalaciones de Windows 8, 8.1, Vista o incluso XP, ediciones que, en algunos casos, llevan más de una década sin recibir parches de seguridad.

Relacionado:  Cómo solucionar el error de impresión 0x0000011b en Windows 11/10.

Desde el punto de vista estadístico, puede parecer una minoría, pero la presencia de estos sistemas antiguos sigue siendo un foco de riesgo, sobre todo cuando se integran en redes domésticas o corporativas en las que conviven con equipos más modernos.

Empresas españolas: mucha dependencia de Windows 10 y restos de Windows 7

El estudio de Kaspersky pone el foco también en el entorno corporativo, donde la situación no es mucho mejor que en el ámbito doméstico. En España, aproximadamente el 53% de los dispositivos empresariales sigue funcionando con Windows 10.

Si se desglosan los datos por tamaño de empresa, las pymes tienen un 50,4% de sus equipos aún en Windows 10, mientras que en las grandes compañías el porcentaje se sitúa ligeramente por encima de esa cifra. La adopción de Windows 11 avanza, pero de forma lenta, y no compensa todavía el elevado peso de la versión anterior.

Más preocupante es la cuota de Windows 7 en el tejido empresarial español. En las pequeñas y medianas empresas, casi un 4% de los equipos todavía funciona con este sistema sin soporte; en las grandes corporaciones el porcentaje se reduce, pero aún ronda el 2,5%. Aunque sean cifras relativamente bajas, se trata de dispositivos críticos que, en muchos casos, forman parte de procesos de negocio esenciales.

Los especialistas alertan de que, en un entorno donde la continuidad del negocio es prioritaria, mantener máquinas con sistemas obsoletos supone una puerta abierta a incidentes que pueden derivar en paradas, pérdidas de datos o filtraciones con impacto reputacional y económico.

El fin del soporte a Windows 10 y el riesgo de quedarse atrás

El calendario de Microsoft marca un punto de inflexión claro: Windows 10 deja de tener soporte estándar en octubre de 2025. A partir de ese momento, ya no se publicarán nuevas actualizaciones de seguridad para la mayoría de usuarios, salvo programas de extensión específicos y limitados en el tiempo; conviene además evaluar opciones si el procesador no es compatible.

Relacionado:  Actualización de Windows 11: nuevo reproductor multimedia, solución de fugas de memoria, mejoras en widgets

Kaspersky recuerda que, cuando un sistema operativo alcanza el final de su ciclo de vida, todas las vulnerabilidades que se descubran a partir de entonces quedan sin parchear. Los ciberdelincuentes, conscientes de ello, suelen centrar parte de sus esfuerzos en explotar esos agujeros conocidos, sabiendo que muchas organizaciones tardan en dar el salto a versiones más recientes.

En el caso de España, el hecho de que más de la mitad de los usuarios continúe en Windows 10 a las puertas del fin del soporte es una señal de alarma. A esto se suma la presencia de Windows 7 y de ediciones aún más antiguas, que llevan años sin recibir ningún tipo de corrección oficial.

Desde la perspectiva de la ciberseguridad, confiar en un sistema desactualizado equivale a asumir que, tarde o temprano, alguien intentará aprovechar sus puntos débiles. El problema no es tanto si el equipo “va lento o rápido”, sino hasta qué punto queda expuesto a ataques que podrían haberse evitado simplemente manteniendo el software al día.

La visión de los expertos: por qué la migración no es un simple capricho

Para Kaspersky, una de las claves del problema es la percepción que muchos usuarios y responsables de TI tienen de las actualizaciones. Oleg Gorobets, experto en seguridad de la compañía, subraya que existe la idea de que cambiar de versión “solo aporta cambios menores e incomodidades en la interfaz”, lo que empuja a posponer la migración todo lo posible.

Sin embargo, desde el prisma de la protección digital, un sistema sin actualizaciones se convierte en un objetivo mucho más sencillo de atacar. Las correcciones de seguridad que se publican regularmente cierran puertas que los atacantes podrían utilizar; renunciar a esas actualizaciones es, en la práctica, dejar esas puertas abiertas.

Gorobets insiste en que las incomodidades iniciales de adaptarse a un sistema más reciente son mínimas comparadas con el coste potencial de un incidente grave: filtraciones de datos, robos de información sensible, interrupciones prolongadas del servicio o sanciones regulatorias por incumplir requisitos de protección.

En este contexto, los departamentos de TI y de seguridad corporativa deberían considerar que mantener actualizado el sistema operativo es una tarea prioritaria y continua. No se trata solamente de instalar un antivirus o un cortafuegos, sino de garantizar que la capa más básica del software, sobre la que se apoya todo lo demás, no arrastra vulnerabilidades conocidas.

Relacionado:  Convertir MBR a GPT en instalación de Windows 11

Recomendaciones para usuarios y empresas en España

Ante este escenario, Kaspersky plantea varias pautas sencillas para reducir riesgos. La primera es obvia pero a menudo se ignora: comprobar que el dispositivo está ejecutando una versión de Windows todavía soportada y, si no es así, planificar cuanto antes la actualización a Windows 11 o a la versión que corresponda según el hardware.

También resulta fundamental activar y mantener la función de actualización automática del sistema operativo. Muchos incidentes se producen porque se posponen los reinicios o se desactivan los parches por comodidad, dejando al equipo expuesto durante semanas o meses a fallos que ya estaban documentados y corregidos.

En el entorno corporativo, los expertos recomiendan contar con soluciones de seguridad que incorporen tecnologías de prevención de exploits, capaces de detectar y bloquear intentos de aprovechamiento de vulnerabilidades incluso en sistemas no totalmente al día. Kaspersky menciona productos como Kaspersky Premium para usuarios particulares, y Kaspersky Small Office Security o Kaspersky Next para empresas, pensados para reducir el impacto de fallos sin parchear.

En cualquier caso, estas herramientas no sustituyen a las actualizaciones del sistema, sino que actúan como una capa adicional de defensa. La base sigue siendo, tanto para particulares como para organizaciones, no seguir utilizando versiones que ya no reciben soporte si se quiere mantener un nivel de protección razonable frente a las amenazas actuales.

La fotografía que dibujan los datos en España muestra que la adopción de Windows 11 avanza, pero demasiado despacio frente al calendario de retirada de Windows 10. Con millones de equipos aún en versiones antiguas y una ciberdelincuencia cada vez más activa, la presión para actualizar va a ir en aumento, y quienes se adelanten a ese cambio tendrán menos sustos y más margen de maniobra cuando lleguen los próximos plazos de fin de soporte.

Cómo descargar e instalar Windows 11
Artículo relacionado:
Cómo descargar e instalar Windows 11 paso a paso