- El soporte de Windows 10 termina el 14 de octubre de 2025; los equipos seguirán funcionando pero sin parches regulares.
- Particulares del EEE obtienen ESU gratis un año, con inicio de sesión cada 60 días en la cuenta Microsoft.
- El ESU solo incluye actualizaciones de seguridad; empresas tienen opciones de pago por más tiempo.
- Alternativas: actualizar a Windows 11, adquirir nuevo PC compatible o optar por Linux.
El calendario ya está marcado: el 14 de octubre de 2025 Microsoft pone punto final al soporte de Windows 10. A partir de esa fecha los equipos dejarán de recibir correcciones de seguridad periódicas, un cambio de etapa que afecta a millones de ordenadores en todo el mundo.
La magnitud no es menor: estimaciones como Statcounter sitúan a Windows 10 en torno al 40% de cuota, con presencia masiva en PCs domésticos, oficinas y dispositivos críticos como TPVs o quioscos. Sin parches oficiales, la exposición a vulnerabilidades aumenta y obliga a planificar bien los próximos pasos.
Qué supone el fin del soporte
Sin actualizaciones de seguridad no significa que el ordenador deje de funcionar, pero sí que queda más expuesto a ataques y fallos no corregidos. Las correcciones dejarán de llegar por el canal habitual, salvo que se acceda al programa específico que ha preparado Microsoft.
La comparación con ciclos anteriores es útil: cuando terminó el soporte de Windows 8/8.1 su cuota era mucho menor, por lo que el impacto potencial fue reducido. Hoy el panorama es distinto y, además, el ransomware y otras amenazas han escalado en volumen y sofisticación.
Hay un componente de diseño histórico: la apuesta de Microsoft por la compatibilidad hacia atrás facilita que software muy antiguo siga funcionando, pero también complica blindar por completo el ecosistema. Modelos más cerrados, como el de Apple, priorizan actualizaciones drásticas en un catálogo de hardware acotado, lo que hace la ecuación de seguridad diferente.
ESU gratuito en Europa y requisitos
Para mitigar el riesgo, Microsoft ha activado las Actualizaciones de Seguridad Extendidas (ESU) para Windows 10. En el Espacio Económico Europeo los usuarios particulares pueden obtener un año adicional de parches críticos sin coste, prolongando la cobertura hasta octubre de 2026.
Este ESU no añade funciones nuevas ni soporte técnico: solo parches de seguridad críticos. La condición clave es mantener vinculada y activa una cuenta de Microsoft en el equipo, iniciando sesión al menos una vez cada 60 días para conservar la validez del programa.
La verificación varía por región. En Estados Unidos se exige, además de iniciar sesión, cierta sincronización con OneDrive, mientras que en la Unión Europea basta con vincular la cuenta sin habilitar copia de seguridad obligatoria. En todos los casos, el requisito de acceso periódico se mantiene.
Si el sistema detecta que no se ha iniciado sesión en ese intervalo, el acceso al ESU se suspende temporalmente. Es posible volver a inscribirse; en Europa la reinscripción es gratuita para particulares, mientras que en otras regiones puede implicar acogerse a la opción de pago, según condiciones locales.
Microsoft también ha aclarado que el ESU es incompatible con operar de forma indefinida en una cuenta local sin vinculación a Microsoft. Quien prefiera ese modelo deberá valorar otras alternativas o aceptar las limitaciones de seguridad.
Impacto y cifras: usuarios, gaming y empresas
El alcance del cambio se ve también en el ocio. La encuesta de hardware de Steam sitúa a Windows 10 todavía en torno a un tercio de los equipos de jugadores, mientras Windows 11 ya es mayoritario. Esa base resistente refleja confianza en la estabilidad de W10 y ciertas reticencias a dar el salto.
En entornos profesionales, la preocupación es doble: continuidad operativa y cumplimiento. Sectores con equipos de misión crítica —como puntos de venta o terminales industriales— deberán planificar ventana de migración o acogerse al ESU. Para empresas, Microsoft ofrece varios años de ESU de pago con un modelo escalonado y de coste creciente.
Más allá del sistema, hay piezas relacionadas. Microsoft ha indicado que Microsoft 365 seguirá recibiendo actualizaciones en Windows 10 durante un tiempo acotado, priorizando parches y estabilidad por encima de novedades, con una retirada gradual de funciones avanzadas.
El movimiento también ha agitado al sector. Google ha lanzado mensajes en su buscador que, citando el fin de los parches en Windows 10, animan a considerar Chromebooks. Es una reacción de marketing a una transición que, por volumen, es muy golosa. No obstante, en Europa existe ese año extra de seguridad que no siempre se menciona en la publicidad.
Con una base instalada aún enorme, todo apunta a que los atacantes buscarán nuevas vulnerabilidades tras la fecha límite. Mantener una estrategia de actualización clara será clave para minimizar la superficie de riesgo.
Opciones y escenarios de migración
La ruta preferente es actualizar a Windows 11 si el hardware cumple requisitos, incluido el módulo TPM 2.0. Esta pieza aporta funciones de cifrado y arranque seguro, pero deja fuera a parte del parque instalado que no la incorpora o no la tiene activada.
Quien no cumpla requisitos puede valorar la compra de un equipo nuevo con Windows 11 preinstalado. Es la opción más directa para ganar apoyo a largo plazo y mejoras de rendimiento y eficiencia energética.
Existen métodos para instalar Windows 11 en equipos no compatibles saltándose comprobaciones, aunque conllevan limitaciones y riesgos (soporte parcial, posibles problemas de estabilidad o falta de parches). No es la alternativa ideal para entornos críticos.
Otra vía es prolongar la vida útil del hardware con un sistema alternativo como Linux, especialmente en equipos dedicados a navegación, ofimática o usos ligeros. Requiere adaptación, pero puede brindar seguridad y rendimiento en equipos veteranos.
- Si sigues en Windows 10: mantén el ESU activo, inicia sesión cada 60 días y aplica parches en cuanto estén disponibles.
- Reduce la exposición: limita servicios innecesarios y usa un navegador actualizado con bloqueadores confiables.
- Haz copias de seguridad periódicas y considera activar arranque seguro y cifrado donde sea viable.
La fecha está cerca y conviene moverse sin prisas pero sin pausas: entre el fin del soporte, el año extra de parches del ESU gratuito en Europa y las alternativas de pago y migración, hay margen para transitar con orden. Lo esencial es decidir a tiempo la estrategia que mejor encaje con cada caso y no dejar que los parches se conviertan en una moneda al aire.