- El fingerprinting identifica dispositivos sin usar cookies y persiste incluso en modo incógnito.
- Técnicas como Canvas, WebGL, TLS y behavior tracking combinan parámetros del navegador y hardware para crear un hash único.
- Se aplica en marketing, prevención de fraude y autenticación como señal adicional de seguridad.
- Se puede limitar su alcance con VPN, bloqueadores, control de JavaScript y gestión de permisos, asumiendo sacrificios de usabilidad.
En el debate sobre privacidad online, las cookies acaparan focos, pero en segundo plano gana terreno una técnica más escurridiza: el fingerprinting del navegador, capaz de reconocer un equipo sin guardar nada en él y de seguir activo incluso cuando navegas de incógnito.
De acuerdo con especialistas en ciberseguridad como ESET, esta práctica agrega múltiples señales técnicas del entorno para crear una huella digital persistente que identifica al mismo dispositivo de una web a otra, sin intervención ni permiso explícito del usuario.
Qué es el fingerprinting del navegador
El fingerprinting reúne datos del entorno de navegación (sistema operativo, idioma, zona horaria, resolución, tipografías, extensiones, configuración del teclado, entre otros) y los convierte en un identificador único o hash asociado al dispositivo.
A diferencia de las cookies, no depende de archivos locales ni de consentimientos habituales; por ello no desaparece al borrar el historial y resulta complicado de frenar solo con bloqueadores de rastreadores.
Normalmente no incluye información personal directa como el nombre o el género, pero su singularidad permite reconocer el mismo navegador a lo largo del tiempo con alta precisión.
Qué datos puede recopilar
La lista no es cerrada y varía entre implementaciones, pero suelen medirse detalles como resolución de pantalla, idioma, zona horaria, sistema operativo, versión del navegador y configuraciones activas.
- Fuentes del sistema y tipografías instaladas, que pueden diferir notablemente entre equipos.
- Extensiones y plugins, además de ajustes del navegador que dejan patrones característicos.
- Componentes de hardware como CPU, GPU y controladores, detectables al renderizar gráficos o audio.
- Parámetros de red y, en móviles, señales como estado de la batería y tipo de conexión.
- Dispositivos multimedia conectados (cámara, micrófono, auriculares), cuyo inventario puede perfilarse cuando se conceden permisos.
Principales técnicas de fingerprinting
Las herramientas combinan métodos para aumentar la precisión de la huella; cada enfoque revela una parte del perfil y, en conjunto, crean un identificador muy difícil de replicar.
- Behavior tracking: observa cómo teclea el usuario, cómo mueve el cursor o cómo navega. Estos ritmos y hábitos son altamente distintivos y hoy se potencian con modelos de inteligencia artificial.
- Canvas fingerprinting: usa elementos de HTML5 para dibujar imágenes o texto; pequeñas diferencias al renderizar revelan características únicas de la tarjeta gráfica y sus controladores.
- WebGL fingerprinting: genera gráficos 3D invisibles en la página y analiza cómo los procesa cada equipo, exponiendo variaciones entre GPU y drivers con gran nivel de detalle.
- Audio fingerprinting: examina cómo el navegador y el hardware procesan señales de audio; se emplea, entre otros fines, en controles de DRM frente a usos no autorizados.
- TLS fingerprinting: estudia el handshake del protocolo TLS (algoritmos, suites y preferencias), que deja un patrón de conexión identificable.
- Cross-browser fingerprinting: correlaciona señales de hardware y sistema para reconocerte entre navegadores distintos en el mismo dispositivo.
- Media device fingerprinting: con permisos concedidos, el inventario de periféricos (cámara, micrófono, audio) sirve como rasgo identificador.
- Mobile device fingerprinting: en el móvil se consideran modelo, versión de sistema, resolución, red y batería para construir un perfil único similar al de escritorio.
Para qué se usa
Esta huella digital se utiliza con múltiples objetivos, desde la optimización comercial hasta la seguridad, de modo que un mismo identificador sirve para usos muy distintos.
- Marketing digital: permite conocer mejor a quien llega a un sitio y orientar anuncios o contenido, e incluso ajustar campañas por ubicación y segmento.
- Detección de fraude: ayuda a localizar configuraciones sospechosas (resoluciones poco comunes, navegadores obsoletos en máquinas virtuales, combinaciones de extensiones) que delatan campañas maliciosas.
- Autenticación: se emplea como señal adicional para validar accesos; si el patrón cambia de forma abrupta, puede disparar alertas o requerir más verificaciones. No sustituye al multifactor, lo complementa.
Cómo limitar el seguimiento
No hay un interruptor mágico para borrarlo, pero sí es posible reducir la exposición combinando herramientas y hábitos.
- Usar VPN para ocultar la IP real y cifrar el tráfico entre tu equipo y el servidor.
- Bloquear anuncios y rastreadores con extensiones como uBlock Origin o Privacy Badger, y aprovechar funciones nativas en navegadores con protección integrada.
- Restringir JavaScript (por ejemplo, con NoScript) para limitar qué scripts pueden leer datos del entorno.
- Gestionar permisos y ajustes de privacidad en cada servicio; en desarrollo web, ofrecer opciones claras para aceptar o denegar accesos.
- Comprobar la unicidad del navegador con servicios como Am I Unique? y así medir tu nivel de rastreabilidad.
Estas medidas pueden afectar a la comodidad: al desactivar ciertas capacidades, algunos sitios dejan de funcionar como esperas. Conviene encontrar un equilibrio razonable entre privacidad y facilidad de uso.
Impacto en la privacidad y consideraciones
La principal inquietud es que, aunque no recoja datos personales directos, la combinación de señales técnicas crea un perfil muy estable que puede seguir a la persona entre webs y sesiones.
Expertos como ESET recuerdan que la seguridad absoluta no existe y aconsejan tomar conciencia y aplicar buenas prácticas: perfilar la navegación cuando sea necesario, limitar permisos y complementar con autenticación multifactor y políticas sólidas en la empresa.
La idea clave es que la navegación “sin rastro” es relativa: aunque borres cookies y uses incógnito, tu equipo sigue hablando por ti mediante una huella del navegador difícil de borrar; conocer cómo funciona y qué palancas tienes a mano es la mejor forma de recuperar control.