LinkedIn ya tiene 100 millones de perfiles verificados

Última actualización: diciembre 13, 2025
Autor: Isaac
  • LinkedIn supera los 100 millones de miembros con información verificada en sus perfiles.
  • La verificación impulsa las visualizaciones, conexiones y el interés de reclutadores.
  • Nueva API self-serve para llevar las credenciales verificadas a otras plataformas.
  • Zoom se integra como socio clave para mostrar la verificación en reuniones.

Verificaciones en LinkedIn

La red social profesional LinkedIn ha alcanzado el hito de 100 millones de usuarios con información verificada en sus perfiles, consolidando la verificación como pieza central de su estrategia de confianza digital. La compañía quiere que esta capa de autenticidad sea la base de las relaciones laborales en un entorno cada vez más condicionado por la inteligencia artificial.

Este avance implica que en millones de cuentas se ha confirmado tanto la identidad real de la persona como su puesto y lugar de trabajo. Con ello, la plataforma aspira a reducir el riesgo de suplantaciones y a que las interacciones profesionales se apoyen en datos fiables, algo especialmente relevante en Europa y España, donde el uso de LinkedIn para reclutamiento y negocio lleva años creciendo.

Según cifras internas de la compañía, la verificación tiene un impacto directo en la visibilidad y en las oportunidades profesionales. Los perfiles con información validada registran hasta un 60 % más de visualizaciones, alrededor de un 30 % más de solicitudes de conexión y un incremento superior al 50 % en el engagement de sus publicaciones respecto a los no verificados.

También se aprecia un efecto claro en la relación con los equipos de selección: los usuarios con la insignia de autenticidad reciben en torno a un 19 % más de InMails por parte de reclutadores. Para quien busca empleo, colabora como freelance o vende servicios B2B, esta credencial se está convirtiendo en un elemento diferenciador frente a otros profesionales.

Desde LinkedIn insisten en que, en un contexto donde la IA hace cada vez más difícil distinguir lo auténtico de lo generado artificialmente, verificar la identidad pasa a ser un requisito básicos para construir relaciones creíbles. La compañía habla de la verificación como “un elemento esencial” para devolver la confianza a los espacios digitales donde se toman decisiones de carrera.

El mensaje es claro: la plataforma quiere servir como filtro para saber quién hay realmente al otro lado de la pantalla, limitando la suplantación y ayudando a que las conexiones, recomendaciones y colaboraciones que se cierran en la red estén respaldadas por señales verificadas.

Una estrategia a largo plazo: hacia la capa global de identidad profesional

Para LinkedIn, estos 100 millones de miembros verificados no son un punto final, sino el arranque de un plan más ambicioso: convertirse en la “capa global” de identidad profesional en Internet. La compañía se ha marcado como objetivo a largo plazo que cada persona, cada puesto y cada página de empresa cuenten al menos con algún tipo de verificación asociada.

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Este enfoque busca que, tanto dentro de la propia red social como en servicios de terceros, las decisiones profesionales se tomen sobre identidades contrastadas. No se trata solo de un sello en el perfil, sino de un sistema de credenciales que acompañe al usuario cuando participa en una videollamada, deja una reseña o se registra en una herramienta corporativa.

Cuando la empresa se fijó esta meta, contaba con unos 18 millones de cuentas verificadas; en menos de dos años ha multiplicado varias veces esa cifra hasta superar los 100 millones, lo que da una idea de la velocidad a la que quiere extender su modelo de verificación. La ambición para los próximos años es que este tipo de señales se conviertan en estándar en la vida laboral digital.

De cara al futuro, la red social se ha marcado un hito concreto: llegar a los 1.000 millones de interacciones verificadas de aquí a 2030. Esto incluye conexiones, mensajes, reseñas o reuniones donde haya intervenido alguna credencial certificada por LinkedIn.

En un mercado laboral europeo saturado y muy competitivo, donde un mismo puesto puede recibir cientos de candidaturas, la compañía confía en que esta capa de confianza actúe como ventaja competitiva para quienes apuestan por mostrar sus datos de forma transparente y validada.

Impacto en perfiles y empresas: cifras que avalan la verificación

Los datos compartidos por la plataforma apuntan a que la verificación se está traduciendo en resultados tangibles tanto para personas como para organizaciones. A nivel individual, además de las mejoras en visualizaciones, conexiones y engagement, se refuerza también la percepción de profesionalidad y seriedad del perfil.

En el caso de las empresas, LinkedIn señala que las organizaciones con verificación obtienen muchas más visitas y seguidores que las que no han completado este proceso. Se habla de multiplicar por más de diez las visualizaciones de página y de incrementar de forma notable la base de seguidores, algo clave para quienes utilizan la red como escaparate de marca empleadora o para captar negocio.

Para mercados como el español, donde las áreas de recursos humanos y los departamentos comerciales dependen cada vez más de LinkedIn, este tipo de credenciales pueden marcar la diferencia a la hora de elegir proveedores, colaboradores o candidatos. Ver que una cuenta está verificada reduce fricciones y acelera la toma de decisiones.

La propia compañía reconoce que los datos analíticos han sido determinantes para acelerar el despliegue de estas herramientas. El rendimiento superior de los perfiles verificados respalda la idea de que la autenticidad no es solo un discurso, sino un factor medible que mejora resultados.

En paralelo, LinkedIn mantiene su objetivo de que cada vez más miembros completen al menos un tipo de verificación, sea de identidad, de correo corporativo o de lugar de trabajo, de forma que la red tienda hacia un ecosistema donde la norma sea estar autenticado y no al revés.

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Llega la API self-serve: llevar la verificación más allá de LinkedIn

Uno de los movimientos más relevantes asociados a este hito es el lanzamiento de una API self-serve que permite a empresas y desarrolladores integrar en sus propios productos las señales de identidad y empleo verificadas en LinkedIn. La idea es que la credencial obtenida en la red profesional pueda reutilizarse en otros contextos digitales.

Explicado de forma sencilla, esta API funciona como una herramienta que cualquier compañía puede activar en pocos minutos para consultar si un usuario está verificado y, en su caso, qué tipo de verificación tiene. De este modo, se pueden construir experiencias donde la presencia del sello de LinkedIn aporte un plus de confianza.

Los casos de uso son variados: desde videollamadas más seguras y colaboraciones profesionales con identidad comprobada hasta sistemas de reseñas, acceso a plataformas corporativas o foros especializados donde solo se permita participar a perfiles autenticados.

En la práctica, esto añade una capa adicional de verificación de identidad e historial profesional sobre las interacciones que se producen fuera de la red social. Por ejemplo, una empresa europea que vaya a compartir información sensible en remoto puede comprobar rápidamente que la persona con la que habla es efectivamente empleada de la organización que figura en su perfil.

Para el usuario final, este modelo evita tener que repetir procesos de identificación en cada herramienta. La verificación realizada una vez en LinkedIn puede servir como credencial reutilizable en distintos servicios, siempre que el usuario lo autorice, lo que simplifica el día a día profesional.

Zoom se suma como socio clave para verificar identidades en reuniones

Dentro de esta estrategia de expansión, Zoom se ha incorporado como uno de los socios más visibles de LinkedIn. La plataforma de videollamadas integrará la verificación, de modo que los participantes en una reunión puedan mostrar directamente su estado “Verified on LinkedIn”.

Esta integración cobra especial sentido en un entorno laboral híbrido, en el que muchas relaciones profesionales empiezan y se desarrollan a través de la pantalla. Saber que la persona con la que se está negociando, entrevistando o colaborando ha pasado por un proceso de autenticación en LinkedIn aporta tranquilidad a todas las partes.

LinkedIn destaca que millones de trabajadores podrán hacer visible su verificación en las reuniones de Zoom, reforzando la transparencia y facilitando que se compartan datos delicados solo con perfiles contrastados. Desde Zoom, responsables de la compañía han subrayado que esta alianza permite que la gente “muestre su identidad auténtica” en sus videoconferencias.

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Además de Zoom, otras plataformas como Adobe, G2, UserTesting o TrustRadius ya utilizan estas credenciales de LinkedIn en sus servicios. En todos los casos, el objetivo es similar: reducir el fraude, elevar la calidad de las interacciones y ofrecer un contexto donde las opiniones, reseñas o decisiones vengan respaldadas por identidades verificadas.

Para usuarios y empresas de España y del resto de Europa, donde las videollamadas se han normalizado para selección de personal, venta consultiva o formación, esta alianza puede convertirse en un estándar de facto cada vez que una reunión requiera un mínimo de seguridad sobre quién participa.

La inteligencia artificial y el reto de distinguir lo real

El contexto de fondo en el que se enmarcan estos anuncios es la rápida expansión de la inteligencia artificial generativa, que hace más fácil que nunca crear perfiles falsos, contenidos manipulados o identidades ficticias. Esto complica la vida tanto a profesionales como a empresas, que necesitan señales claras para saber con quién tratan.

LinkedIn plantea la verificación como un antídoto frente al aumento de la desinformación y la suplantación de identidad. Al vincular la cuenta a credenciales reales —como correos corporativos, datos de empleo o documentación oficial, según el caso—, se busca filtrar perfiles fraudulentos y elevar el listón de credibilidad en la red.

La compañía sostiene que la IA también puede jugar un papel constructivo, apoyando los procesos de verificación y análisis de señales de confianza, siempre que se utilice de forma responsable. La clave, insiste, es que junto al avance tecnológico se refuercen los mecanismos que acreditan quién hay detrás de cada cuenta.

En Europa, donde la regulación sobre protección de datos y servicios digitales es especialmente estricta, este tipo de iniciativas encajan con la tendencia a exigir mayor transparencia en plataformas en línea. La verificación ayuda a cumplir mejor con esos estándares y a ofrecer entornos algo más seguros para el intercambio profesional.

Al final, para quien trabaja, busca empleo o hace negocio a través de LinkedIn, contar con una insignia de verificación puede convertirse en un requisito casi imprescindible si quiere destacar en un ecosistema donde la frontera entre lo auténtico y lo artificial se difumina cada vez más.

Con la marca de los 100 millones de usuarios verificados recién superada, una API pensada para llevar esa autenticidad a otras plataformas y socios como Zoom dispuestos a exhibir estas credenciales en el corazón de las reuniones online, LinkedIn refuerza su papel como referencia en identidad profesional digital y se posiciona para que la próxima década de relaciones laborales, en España, Europa y el resto del mundo, se construya sobre perfiles que puedan demostrar de manera clara quiénes son y dónde trabajan.

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