Cómo descargar gratis un archivo ISO oficial de Windows 8.1

Última actualización: noviembre 28, 2025
Autor: Isaac
  • Es posible obtener legalmente una ISO de Windows 8.1 siempre que se disponga de una licencia original compatible con la edición instalada.
  • La ISO permite crear un DVD o USB de arranque para instalar o reinstalar Windows 8.1 en equipos físicos o máquinas virtuales.
  • Windows 8.1 ha finalizado su soporte, por lo que se recomienda limitar su uso a entornos formativos, de prueba o virtualizados.
  • Antes y después de instalar el sistema conviene proteger los datos con copias de seguridad y, si es necesario, usar software de recuperación especializado.

Imagen ISO oficial Windows 8.1

Si tienes un PC algo veterano, has perdido el disco original o simplemente quieres montar una máquina virtual, seguramente te estés preguntando cómo descargar gratis un archivo ISO oficial de Windows 8.1 sin meterte en líos con copias pirata ni webs de dudosa procedencia. Aunque Windows 8.1 ya no tiene soporte, sigue habiendo formas seguras de conseguir su instalador.

A lo largo de esta guía vas a ver de forma clara cómo obtener una ISO legal de Windows 8.1, crear un USB o DVD de instalación, instalar el sistema desde cero y qué opciones tienes para activar tu licencia y proteger tus datos. También comentaremos algunos trucos y advertencias importantes para que no tengas problemas con la activación ni pierdas información durante el proceso.

Qué es exactamente un archivo ISO de Windows 8.1

Un archivo ISO es, básicamente, una copia exacta en formato digital de un DVD o CD de instalación. En el caso de Windows 8 u 8.1, esa ISO incluye todos los archivos necesarios para instalar el sistema operativo en tu ordenador o en una máquina virtual.

Cuando descargas la ISO de Windows 8.1 desde Microsoft u otra fuente legítima, obtienes un único fichero que puedes grabar en un DVD, volcar a un USB arrancable o montar como unidad virtual. Es como tener el disco físico de Windows, pero en un archivo comprimido y listo para usar.

En ocasiones, la ISO puede venir empaquetada dentro de un archivo ZIP u otro formato comprimido. Ese ZIP puedes abrirlo directamente con el explorador de archivos de Windows o con programas como WinRAR, 7-Zip, etc. Lo recomendable, no obstante, es no extraer manualmente el contenido de la ISO si la vas a usar para instalar: lo ideal es grabarla o montarla tal cual para conservar toda la información de arranque del disco.

El formato ISO está pensado para ser utilizado por aplicaciones de grabación de discos y herramientas de creación de medios. Cualquier programa para grabar DVDs o crear USB de arranque puede manejarlo, pero si quieres algo sencillo y gratuito, CDBurnerXP o la herramienta oficial de Microsoft para crear medios de instalación son buenas opciones.

Otra alternativa a grabar la imagen en un soporte físico es “montar” la ISO en el propio Windows. Desde Windows 8 en adelante, el sistema es capaz de montar imágenes ISO con un simple clic derecho y la opción “Montar”, haciendo que aparezcan como si fueran un DVD insertado en una unidad de disco virtual.

Fuentes oficiales y legales para descargar la ISO de Windows 8.1

Durante bastante tiempo, Microsoft ofreció la descarga directa de las ISOs de Windows 8.1 desde su web oficial. Incluso existió una página específica para generar el archivo ISO del sistema y guardarlo como USB o DVD arrancable tanto en 32 como en 64 bits.

En un momento dado, Microsoft retiró parte de esos enlaces, lo que llevó a algunos usuarios a subir las ISOs oficiales que ya habían descargado a repositorios de archivo, como Archive.org. En estos casos, esa copia suele ser exactamente la misma ISO que se descargó en su día de Microsoft, pero es importante tener presente que la legalidad real la marca siempre el hecho de contar con una licencia válida y original de Windows.

Además de las descargas directas, Microsoft ofrecía otra ruta oficial: la página de recuperación de software para Windows 7 y posteriores (software-recovery), donde introduciendo un número de licencia válido de Windows 7 se generaba el enlace de descarga de la ISO correspondiente. Este sistema estaba pensado sobre todo para Windows 7, pero forma parte de la misma filosofía: nada de copias “pirata”, la clave es siempre la licencia.

En el caso concreto de Windows 8.1, durante años estuvo disponible una página llamada “Create installation media for Windows 8.1” desde la que se podía bajar un pequeño ejecutable. Ese programa preguntaba por idioma, edición (Windows 8.1, 8.1 Pro, 8.1 N, 8.1 K, Single Language, etc.) y arquitectura (32 o 64 bits) y luego descargaba y preparaba automáticamente la ISO o el USB de instalación.

Es importante recalcar que, aunque existen herramientas de terceros como la conocida Windows and Office ISO Download Tool de HeiDoc, Microsoft ha ido bloqueando el uso de algunas de estas utilidades. Por tanto, siempre que puedas, utiliza la página o la herramienta oficial de Microsoft, y evita descargarte imágenes de origen dudoso o que vengan ya “preactivadas”, porque eso va contra las condiciones de uso y puede traerte problemas legales y de seguridad.

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Descargar gratis la ISO de Windows 8.1 desde la web de Microsoft

Aunque ya estemos en la era de Windows 10 y Windows 11, Microsoft ha permitido durante mucho tiempo que se descargase de forma completamente legal la imagen ISO de Windows 8.1, que es la versión más pulida y soportada de la rama de Windows 8.

La forma clásica consistía en ir a la página específica de descarga de Windows 8.1 (software-download/windows8ISO). Desde allí, tras aceptar los términos, se mostraba un formulario donde elegir el idioma y la edición de Windows 8.1 que querías descargar. Una vez realizada la elección, el sitio generaba dos enlaces: uno para la versión de 32 bits y otro para la de 64 bits.

Antes de lanzarte a descargar nada, conviene que revises algunos puntos básicos: es recomendable hacer copia de seguridad de tus documentos y archivos importantes (guardar en un disco externo), y asegurarte de que en el disco donde piensas instalar Windows 8.1 tienes espacio libre suficiente, idealmente más de 20 GB.

Si ya tenías Windows 8 instalado, en su momento era posible actualizar a 8.1 desde la Tienda de Windows. Pero, si lo que buscas es la imagen ISO completa para instalación limpia, lo más práctico siempre ha sido usar esa descarga desde Microsoft y guardarla para el futuro en un disco externo o en la nube.

Una vez tengas ese archivo ISO en tu equipo, podrás decidir si quieres montarlo directamente en el explorador de Windows para iniciar la actualización desde el propio sistema, o si prefieres crear un medio de instalación tipo DVD o USB para hacer una instalación desde cero arrancando el ordenador desde ese dispositivo.

Crear un USB o DVD de instalación de Windows 8.1

Contar con el archivo ISO es solo la mitad del trabajo. Para poder arrancar el PC desde esa imagen y instalar Windows 8.1 como sistema nuevo o de recuperación, lo habitual es grabar la ISO en un DVD o volcarla a una memoria USB de al menos 4 GB.

Si optas por un DVD, debes usar un programa de grabación que permita escribir imágenes ISO como disco de arranque (no sirve grabar el archivo como si fuera un simple fichero de datos). Windows incluye su propio grabador de imágenes de disco: basta con hacer clic derecho sobre la ISO y elegir la opción de grabar imagen en disco para que el asistente te pida seleccionar una grabadora y se encargue del proceso.

Si prefieres una memoria USB, Microsoft ofrecía herramientas como la Windows USB/DVD Download Tool, válida incluso para versiones antiguas como Windows XP. El asistente es muy sencillo: primero eliges la ISO de Windows 8.1 descargada, luego seleccionas si quieres crear un DVD o un USB de arranque y, tras unos minutos, tendrás tu pendrive listo para arrancar desde USB.

Sea cual sea el soporte que escojas, recuerda que, si el DVD original era arrancable y tenía algún tipo de protección anticopia, la imagen ISO grabada de forma correcta también será arrancable y conservará esas características. Por eso es tan importante grabarla como imagen de disco y no copiar simplemente los archivos sueltos.

Al finalizar la grabación, puedes activar la opción de verificación del disco si la ofrece el programa. Este paso comprueba que todos los datos se han escrito sin errores, aunque alarga un poco el proceso. Es aconsejable, sobre todo si vas a usar este disco o USB en un equipo que tiene datos importantes y quieres minimizar riesgos de fallos durante la instalación.

Instalar Windows 8.1 desde el DVD o USB de arranque

Una vez que tienes preparado tu DVD o USB de instalación de Windows 8.1, toca proceder a instalar el sistema en el equipo de destino. Lo ideal es que, antes de nada, hagas una copia de seguridad de todos los datos importantes del disco, porque una instalación limpia puede implicar formatear particiones.

Para comenzar, inserta el disco de instalación en la unidad de DVD o Blu-ray, o conecta el USB de arranque con la ISO de Windows 8.1 en el ordenador. Apaga el PC si estaba encendido y vuelve a encenderlo usando el botón de encendido.

Durante el arranque inicial, deberás acceder al menú de arranque o “Boot Menu”. Suele hacerse pulsando una tecla concreta (F12 es bastante habitual, aunque también pueden ser F8, Esc, F9, F10, etc. según el fabricante). En ese menú, selecciona el dispositivo desde el que quieres arrancar: tu lector de DVD/Blu-ray o la memoria USB.

Si todo está configurado correctamente, en la pantalla aparecerá un mensaje del tipo “Pulsa cualquier tecla para arrancar desde CD o DVD”. En ese momento, pulsa una tecla cualquiera del teclado para iniciar el proceso de carga del instalador de Windows 8.1.

En pocos segundos llegarás a la pantalla inicial de instalación, donde se te pedirá que elijas el idioma, el formato de hora y moneda y el teclado. Tras confirmar estos datos, haz clic en el botón “Instalar ahora” para iniciar el asistente real de instalación.

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En una de las primeras pantallas, Windows te pedirá que introduzcas la clave de producto (product key) de Windows 8 u 8.1. Esta clave suele venir impresa en una pegatina en el propio ordenador, en el embalaje del disco original o asociada a tu cuenta de Microsoft si la licencia es digital. Sin una clave válida, no podrás activar legalmente el sistema.

Después de introducir la licencia, el instalador te mostrará los términos de licencia de Microsoft. Debes marcar la casilla de “Acepto los términos de licencia” para seguir. A continuación, se te preguntará qué tipo de instalación quieres realizar: actualización desde una versión anterior o instalación personalizada. Para una instalación limpia, selecciona la opción “Personalizada”.

En este punto verás la lista de discos y particiones del equipo. Puedes elegir una partición existente para instalar Windows 8.1, eliminar particiones antiguas o crear nuevas. Si decides crear una nueva, tendrás que indicar el tamaño que quieres darle y hacer clic en “Aplicar”. Windows reservará automáticamente una pequeña partición de sistema (alrededor de 350 MB) para archivos esenciales, y el resto quedará como espacio principal donde se instalará el sistema.

Si tu disco es grande, puedes repetir este proceso para tener varias particiones (por ejemplo, una para el sistema y otra para tus datos personales). Cuando tengas clara la estructura, selecciona la partición en la que quieres instalar Windows 8.1 y pulsa “Siguiente”. A partir de ahí, el instalador copiará archivos, reiniciará el equipo varias veces y, al final, te pedirá que configures la cuenta de usuario, opciones de privacidad y conexión a Internet.

Activar Windows 8.1 y reutilizar licencias en máquinas virtuales

La activación de Windows 8.1 siempre debe hacerse con una clave legal y compatible con la edición instalada (Home, Pro, Single Language, Enterprise, etc.). No es recomendable ni está permitido en las comunidades técnicas promover activadores ilegales o versiones pirateadas, y menos aún ediciones empresariales (Pro o Enterprise) en equipos domésticos sin el licenciamiento adecuado.

Si dispones de una licencia de Windows 8.1 que quieres reutilizar, por ejemplo porque tu PC antiguo ya no se puede actualizar a Windows 10 u 11 o porque quieres pasar esa licencia a una máquina virtual, puede ocurrir que al introducirla te dé error de activación. En esos casos, es posible que sea necesario “transferir” la licencia mediante activación telefónica.

Para iniciar el proceso, abre el menú Inicio, entra en el Panel de control y ve a “Sistema y seguridad > Sistema”. En la parte inferior de la ventana verás el estado de activación de Windows. Si aparece que el sistema no está activado, verás un enlace o botón para “Realizar la activación” con un icono de llaves.

Dentro de ese asistente, elige la opción “Activar usando el sistema telefónico automatizado”. A continuación, selecciona tu país (por ejemplo, España o el de tu región si estás en Latinoamérica). El sistema te mostrará uno o varios números de teléfono; suele haber un número gratuito, que puedes marcar desde teléfono fijo, móvil o incluso Skype (el número gratuito suele funcionar también desde Skype).

La locución te pedirá que introduzcas una serie de bloques numéricos que verás en la pantalla, que representan el ID de instalación. Tendrás que ir marcando cada bloque según te lo solicite la locución. Al finalizar, el sistema verificará los datos y, si todo está correcto, te dictará un ID de confirmación que deberás escribir en los campos en blanco de la ventana de activación.

Cuando completes todos los bloques y pulses “Siguiente”, si no hay incidencias, Windows 8.1 quedará activado correctamente. Conviene hacer este proceso en un entorno relativamente silencioso, porque la locución de activación puede ir bastante rápida y es fácil perder algún número si tienes ruido de fondo (televisión, conversaciones, etc.).

Si estás en un curso de formación y el profesor te ha proporcionado una licencia de Windows 8.1 para prácticas, y necesitas llamar al número gratuito desde Skype en un equipo del aula, lo ideal es pedir permiso antes al profesor para iniciar sesión en Skype y usar unos auriculares o altavoces del propio centro, evitando malentendidos.

Windows 8.1 Media Center y ediciones especiales

En tiempos de Windows XP, el Windows Media Center era una de las aplicaciones estrella de Microsoft, integrado en algunas ediciones orientadas a multimedia. Con la llegada de Windows 8.1 se tomó una decisión polémica: Media Center dejó de venir incluido y pasó a ser un complemento de pago.

Para compensar parcialmente esa decisión, en la época anterior al mandato de Satya Nadella, Microsoft lanzó una promoción temporal en 2012 en la que, introduciendo tu correo electrónico en una página específica, te enviaban gratuitamente una clave que permitía añadir Media Center a Windows 8.1, creando una edición especial “con Media Center”. Muchas personas que aprovecharon esa promoción aún conservan esa clave en su bandeja de entrada.

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Si dispones de una licencia válida de Windows 8.1 y además conservas una de esas claves gratuitas de Media Center, el proceso para activarlo es sencillo. Primero, asegúrate de que tu Windows 8.1 “base” está correctamente activado: ve al Panel de control > Sistema y comprueba que indique “Windows está activado”.

Después, en esa misma ventana, busca un enlace similar a “Activar nuevas características con una edición superior” o “Add features to Windows 8.1”. Al hacer clic, se abrirá un asistente que te permitirá introducir la clave de Media Center. Si todo es correcto, el sistema descargará los componentes necesarios y se reiniciará para aplicar los cambios.

En caso de que, tras añadir Media Center, surja algún problema con la activación, puedes recurrir nuevamente al asistente de activación telefónica comentado antes para resolver posibles conflictos de licencia.

Limitaciones, soporte y usos recomendados de Windows 8.1

Conviene tener muy claro que Windows 8.1 ya ha finalizado su ciclo de soporte oficial por parte de Microsoft. Esto significa que el sistema ya no recibe actualizaciones de seguridad periódicas, por lo que su uso conectado a Internet no es recomendable en equipos que manejen información sensible o que se utilicen como ordenador principal.

El principal uso aconsejable hoy en día para Windows 8.1 es en entornos formativos, cursos específicos, laboratorios de pruebas o máquinas virtuales donde se quiera practicar con este sistema sin exponerlo demasiado a la red. También puede tener sentido si tienes software muy antiguo que solo funcione correctamente en Windows 8.1 y no en versiones posteriores.

En el ámbito doméstico, si tu ordenador admite Windows 10 o incluso Windows 11, es preferible apostar por estos sistemas más modernos, que mantienen requisitos de hardware similares o superiores pero con soporte de seguridad vigente. Usar ediciones empresariales como Windows 8.1 Pro o Enterprise en un uso puramente doméstico, además, suele ir asociado a licencias de volumen que no están pensadas para particulares.

Si aun así decides mantener Windows 8.1 para tareas concretas, lo ideal es desconectarlo de Internet o restringir al máximo su exposición, utilizarlo en virtualización y concentrar en él solo el software necesario para esas prácticas o pruebas. Para trabajos ofimáticos, la última versión de Office razonablemente compatible con Windows 8.1 es Office 2016, que todavía se puede utilizar en algunos contextos formativos.

No olvides que, aunque desde hace años muchos fabricantes dejan de incluir manuales en papel, CDs o DVDs de recuperación, eso no significa que puedas prescindir de tus copias de seguridad. Muchos equipos tampoco incluyen ya lector de discos ópticos, por lo que insistir en usar DVDs en algunos portátiles actuales es complicado: toca apostar por unidades USB o por la virtualización.

Cómo recuperar datos tras instalar o reinstalar Windows 8.1

Realizar instalaciones o reinstalaciones del sistema operativo siempre conlleva un riesgo: si algo sale mal, puedes perder archivos personales, proyectos o configuraciones importantes. Si después de instalar o actualizar a Windows 8.1 notas que faltan carpetas, documentos o fotos, aún puedes tener opciones de recuperarlos.

Existen programas especializados en recuperación de datos, como EaseUS Data Recovery Wizard, que están pensados para escanear discos duros, SSD, tarjetas SD, pendrives y otros dispositivos en busca de archivos borrados o particiones dañadas. Estas herramientas permiten incluso trabajar con sistemas de archivos RAW, MBR corruptos o tablas de particiones dañadas.

Una ventaja interesante de este tipo de software es la función de vista previa antes de la recuperación: puedes filtrar y previsualizar los archivos encontrados (documentos, fotos, vídeos, etc.) para decidir cuáles te interesa restaurar, sin tener que recuperar todo el contenido del disco.

Si necesitas recurrir a una herramienta de este tipo, es fundamental instalarla en un disco distinto de aquel en el que se han perdido los datos. De este modo, evitas sobrescribir la información borrada y aumentas las probabilidades de que el programa pueda encontrarla intacta. Lo ideal es usar otra partición o un disco duro externo para instalar y ejecutar el software de recuperación.

En situaciones especialmente delicadas (por ejemplo, ordenadores de empresa, datos críticos o discos con fallos físicos), también puedes plantearte acudir a servicios profesionales de recuperación de datos, donde técnicos especializados pueden intentar rescatar la información usando herramientas y técnicas avanzadas.

Contar con una ISO oficial de Windows 8.1 y saber cómo crear un medio de instalación te permite reinstalar o usar este sistema para pruebas y formación, siempre que tengas una licencia original y seas consciente de las limitaciones de seguridad al no tener ya soporte. Combinando buenas copias de seguridad con herramientas de recuperación, y utilizando el sistema en escenarios controlados (máquinas virtuales, equipos desconectados, cursos), puedes seguir sacando partido a Windows 8.1 sin asumir riesgos innecesarios.

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