- DirectStorage reduce la carga de CPU y acelera el streaming de assets desde SSD NVMe a la GPU.
- Requiere Windows 11 (o Windows 10 v1909+), GPU DX12/SM 6.0 y SSD NVMe.
- Comprueba compatibilidad en Xbox Game Bar y mantén drivers y sistema actualizados.
Si juegas en PC y usas Windows 11, quizá te suene DirectStorage, esa API de Microsoft que promete cargas casi instantáneas y menos trabajo para la CPU. La idea es sencilla pero potente: que tu gráfica asuma tareas de descompresión y transferencia de datos que antes ahogaban al procesador, para que el juego fluya mejor, con menos tirones y mundos más grandes.
En esta guía te explico con detalle qué es DirectStorage, cómo funciona, qué necesitas para aprovecharlo y cómo comprobar en Windows 11 si tu equipo está listo. También verás por qué reduce el uso de CPU entre un 20% y un 40%, qué aporta en texturas y streaming de mundos abiertos, y qué papel juegan tecnologías como GDeflate o conceptos como Workload Decomposition y la computación asíncrona.
¿Qué es Microsoft DirectStorage?
DirectStorage no es un hardware nuevo, sino una API dentro de DirectX (en el paraguas de DirectX 12 Ultimate) pensada para que los juegos lean y descompriman datos del SSD NVMe hacia la VRAM con mínima intervención de la CPU. Viene heredada de Xbox Series X|S y, en Windows 11, forma parte del ecosistema de optimizaciones para gaming.
Su objetivo principal es trasladar la descompresión y el movimiento de datos desde el disco a la GPU, ya que la tarjeta gráfica puede procesar esas tareas de forma masiva y paralela. Gracias a ello, la carga del procesador se reduce sensiblemente —en el rango del 20% al 40% de uso de CPU— y se agiliza la entrega de recursos gráficos como texturas o geometrías.
Además de eliminar cuellos de botella, DirectStorage abre la puerta a texturas más nítidas, mundos extensos y más elementos en pantalla, desde NPC adicionales a escenarios con mayor densidad. Eso mitiga los típicos pop-ins o objetos apareciendo de golpe, y reduce stutters y microparones durante el juego.
Cómo funciona DirectStorage en el PC
En PC siguen existiendo dos memorias separadas: la RAM del sistema y la VRAM de la GPU. Por eso, aunque la filosofía de DirectStorage venga de consola, en ordenador los datos normalmente pasan por la RAM antes de llegar a la tarjeta gráfica. Aun así, la API minimiza el papel de la CPU en la orquestación de ese flujo.
La clave está en aprovechar las unidades DMA (engines de copia) de la GPU para mover datos a alta velocidad y en paralelo, mientras la descompresión se ejecuta mediante Compute Shaders y computación asíncrona. Gracias a esto, la GPU puede descomprimir bloques a varios GB/s y alimentar sus propios buffers con menos esperas.
Esta redistribución del trabajo —a menudo descrita como Workload Decomposition— permite que el driver y el motor del juego deleguen tareas históricamente CPU-céntricas hacia la GPU. Se generan listas de comandos optimizadas que la tarjeta ejecuta sin frenar el renderizado, y así la CPU queda liberada para IA, físicas y lógica del juego.
Diferencias entre PC y consolas
En Xbox Series X|S, el SoC integra el llamado Velocity Engine, un bloque especializado que acelera de forma muy específica el camino almacenamiento-GPU. Allí, además, la memoria es unificada, lo que facilita aún más el flujo directo de datos sin saltos entre RAM y VRAM.
En PC, esa automatización total no existe y la memoria está separada, por lo que los motores deben controlar mejor el tránsito por la RAM. Aun así, DirectStorage replica la idea central: delegar la descompresión y la copia de datos en la GPU con el mínimo overhead posible en el procesador.
Beneficios prácticos en los juegos
Cuando un juego implementa bien DirectStorage, lo primero que notas es que los tiempos de carga bajan de forma radical. En algunos casos de uso ejemplares se ha llegado a mostrar carga por debajo del segundo en escenas concretas, algo impensable con rutas tradicionales centradas en la CPU.
También mejora el streaming de recursos durante la partida: aparecen menos tirones al cruzar zonas, menos popping y transiciones más suaves entre biomas o áreas con estética distinta. La GPU recibe los datos más rápido y se reduce el cuello de botella más habitual: la obtención de texturas.
Para los desarrolladores, se abre margen para mundos abiertos más densos, con más NPC, elementos destructibles o materiales de mayor resolución. Dicho de otra forma, DirectStorage no solo acelera las cargas, también facilita diseños menos limitados por el I/O clásico.
Atlas de texturas y geometría
Los motores modernos suelen usar mega-texturas o atlas donde concentran gran parte de las texturas de una escena. A medida que cambian las necesidades del jugador en el mundo, se reemplazan fragmentos de ese atlas por páginas nuevas procedentes del almacenamiento.
En geometría puede aplicarse la misma idea con colecciones de modelos o mallas. DirectStorage ayuda a que ese trasiego sea más ágil, reduciendo la latencia de acceso a los recursos que la GPU necesita en ese momento. Menos colas y más datos listos equivalen a menos stutter.
Requisitos de hardware y software
Para beneficiarte de DirectStorage en Windows necesitas un conjunto específico de componentes y versiones. Lo imprescindible: SSD NVMe como unidad de alto rendimiento para los juegos, un sistema compatible y una GPU moderna.
En GPUs, el soporte se asienta sobre DirectX 12 y Shader Model 6.0. Traducido a gamas: NVIDIA GeForce RTX serie 20 en adelante (incluye RTX 30 y RTX 40), AMD Radeon RX 6000 o superiores, y las gráficas Intel Arc también están cubiertas.
En cuanto a sistema, Windows 11 incluye de serie esta tecnología, y Microsoft ha confirmado que Windows 10 v1909 o superior también puede utilizarla. Aun así, la implementación está más optimizada en Windows 11 y es donde verás el comportamiento ideal.
GDeflate y DirectStorage 1.1
Con la versión 1.1, la API incorporó GDeflate, una variante del algoritmo DEFLATE adaptada para que la GPU la descomprima con enorme paralelismo. ¿Resultado? Se pueden transferir más datos en menos tiempo, y además el tamaño de instalación de los juegos puede reducirse.
La descompresión a varios GB/s satura incluso CPUs muy potentes; por eso moverla a la GPU libera el procesador y acelera el I/O. En escenarios reales, la descompresión con GDeflate puede reducir a un tercio los tiempos de carga desde el SSD, favoreciendo volcar colecciones completas de assets a RAM a gran velocidad.
Estado de adopción: lo que debes saber
DirectStorage es relativamente reciente en PC. Por ahora, hay pocos títulos que lo adoptan de forma visible, y uno de los primeros en apuntarse fue Forspoken, un ARPG de Square Enix que ejemplificó las cargas ultrarrápidas bajo ciertas condiciones.
Esto no significa que no valga la pena prepararse: los motores evolucionan y los juegos van llegando. Lo importante es entender que para notar mejoras, el juego debe implementar DirectStorage y su pipeline de datos debe diseñarse pensando en estas rutas aceleradas.
Cómo comprobar y habilitar DirectStorage en Windows 11
La buena noticia es que en Windows 11 no hay un interruptor mágico que activar: si cumples requisitos y el juego lo soporta, DirectStorage funciona de serie. Aun así, conviene verificar compatibilidad y dejar el sistema al día.
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Actualiza Windows 11 a la última build disponible. Ve a Configuración > Windows Update y pulsa en «Buscar actualizaciones» para instalar parches y mejoras que afectan al subsistema de almacenamiento y a la API.
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Instala drivers recientes de la GPU. Los controladores de NVIDIA, AMD o Intel incluyen optimizaciones específicas para DirectX 12 y la ruta de descompresión en GPU.
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Usa un SSD NVMe como unidad de instalación del juego. La API está pensada para aprovechar la baja latencia y el alto rendimiento del bus PCIe propio de estos SSD.
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Verifica la compatibilidad en Xbox Game Bar. Microsoft actualizó la barra de juego para mostrar si tu sistema está listo. Abre Xbox Game Bar (Win+G), entra en Configuración > Funciones de juego y busca el indicador de DirectStorage. Verás algo como «DirectStorage: compatible» o el estado «Optimized/Optimizado» en tus unidades y GPU.
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Confirma que el juego lo soporte. Revisa las notas del desarrollador o las opciones del título: algunos motores añaden conmutadores o registros de diagnóstico para DS.
Si todo está en verde, no necesitas tocar nada más: DirectStorage se integra de forma transparente y el motor usará la ruta acelerada siempre que el escenario lo requiera.
¿Por qué Windows 11 es la mejor base?
Además, herramientas de diagnóstico y la propia Game Bar han ido recibiendo mejoras orientadas a exponer el estado del sistema frente a DirectStorage, lo que facilita detectar cuellos de botella o incompatibilidades de un vistazo.
Impacto en diseño de niveles y streaming
DirectStorage no es magia por sí sola: incentiva a que los juegos organicen sus assets en bloques comprimidos adecuados para el acceso masivo de la GPU. Esa planificación hace que las transiciones entre zonas sean más fluidas y que el motor pueda pedir datos en ráfagas más grandes y eficientes.
En mundos abiertos complejos —piensa en grandes ciudades o biomas extensos— la API reduce el tiempo desde que el motor solicita un asset hasta que la GPU lo tiene listo. Con ello, los pop-ins disminuyen y los cambios de detalle (LOD) son menos bruscos a medida que avanzas.
Ejemplos y expectativas reales
Forspoken ha sido un caso de estudio por incorporar la API desde el principio. En demos específicas se llegaron a ver cargas por debajo del segundo en saltos entre escenas, demostrando lo que es posible cuando se alinea el hardware y el motor.
Sin embargo, el beneficio varía según la implementación: si el juego no usa DirectStorage, tu hardware no hará milagros. Por eso, conviene fijarse en notas de parches y roadmap de los estudios para saber cuándo activan compatibilidad real.
Profundizando: rutas de datos y CPU
Tradicionalmente la CPU descomprime y empaqueta datos leídos del SSD para enviarlos a la GPU, un proceso que devora ciclos de procesador. Con DirectStorage, la GPU asume la descompresión y usa sus engines DMA para mover datos, liberando al procesador para otras tareas del juego.
Este enfoque minimiza llamadas de alto overhead y reduce el número de transiciones entre hilos de descompresión y render. Al final, menos tiempo en la CPU significa más margen para IA compleja, físicas o simulaciones que impactan directamente en la jugabilidad.
Buenas prácticas para el usuario
Como jugador, asegúrate de instalar los títulos que usen DirectStorage en tu SSD NVMe y mantén el firmware del SSD al día. Un sistema con Thermal Throttling controlado evitará pérdidas de rendimiento bajo carga sostenida.
Evita saturar la unidad hasta el límite: dejar espacio libre razonable ayuda al controlador del SSD a mantener altos los picos de lectura y escritura, y por tanto a que la ruta acelerada de DirectStorage luzca en su máximo potencial.
Preguntas frecuentes rápidas
¿Tengo que activar algo en el Registro o en el Panel de control? No. Si cumples requisitos y el juego lo soporta, DirectStorage funciona automáticamente en Windows 11.
¿Sirve con SSD SATA? Técnicamente puede funcionar, pero el beneficio real se consigue con NVMe por su baja latencia y ancho de banda superiores. Es el escenario para el que fue diseñada la API.
¿Qué pasa si mi GPU no es compatible con DX12/SM 6.0? No tendrás el camino acelerado por GPU. En ese caso, considera actualizar a una generación compatible (RTX 20+, RX 6000+, Intel Arc).
¿Se notará en todos los juegos? Solo en los que lo integren. Cuando un estudio adapta su motor a DirectStorage, los cambios son claros en tiempos de carga y fluidez de streaming.
DirectStorage representa un salto de calidad en cómo llegan los datos del almacenamiento a la GPU: al descargar la CPU y descomprimir donde es más eficiente, se consiguen cargas veloces, menos stutter y margen real para mundos más ambiciosos. Si tu equipo cumple requisitos y el juego lo implementa, verás mejoras tangibles que hacen la experiencia más suave y directa.